El GOB imparte clases de movilidad sostenible en el colegio
Marian Aguiló
L.M. PALMA. ¿Cuántos ocupantes viajan en
cada vehículo? ¿Se escuchan lo que dicen en la acera
de enfrente mientras están circulando los coches? Estas
fueron algunas tareas encomendadas ayer a los alumnos del colegio
Marian Aguiló. Miquel Àngel Lobo, miembro del GOB,
trató de inculcar a los escolares los beneficios que
representa la movilidad sostenible. "Los alumnos se
sorprenden mucho. Se dan cuenta de que la ciudad está hecha
para los coches", explicó Lobo. Los efectos de la
contaminación acústica los perciben gritando a un
lado y a otro de un paso de peatones. El sonido de los coches les
impide apreciar qué es lo que están pronunciando. La
influencia de la vegetación en la temperatura la apreciaron
después de pasear por avenidas con o sin árboles.
"Perciben que la temperatura es mucho mayor en los puntos
donde no hay árboles", explica. Una de las misiones
encomendadas a los alumnos es recabar la opinión de los
vecinos sobre el carril bici. "Al contrario de lo que pueda
parecer, la acogida del carril bici ha sido muy positiva",
abunda el delegado del GOB. En el aparcamiento se les explica a
los alumnos los beneficios de la bicicleta. "En la plaza de
un coche caben 43 bicis plegables", subraya.
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Clase de sostenibilidad en el colegio Marian Aguiló.
Foto: Guillem Bosch
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